miércoles, 16 de diciembre de 2009

Concienciación cívica

Bueno, hace poco tiempo han cambiado los cubos de basura de la localidad en la que resido y han sustituido los típicos contenedores grandes por unos contenedores soterrados.

La idea, a priori es cojonuda. Se evitarían los malos olores, el sacar la basura de dentro de los contenedores por cierta gente y la cuestión visual y estética mejoraría mucho, los contenedores habían sido diseñados por Mariscal, el del Cobi.

Pero claro, la situación real difiere bastante de la que previamente se supuso. La realidad es que los contenedores soterrados tienen la misma basura alrrededor de ellos que los antiguos, sino más.

¿Por qué ocurre esto? Bien, para mi humilde opinión es un problema de diseño.



La boca de los contenedores es demasiado pequeña, y hay muchas cosas que literalmente no caben, por lo que forzosamente se dejan fuera. Esto es únicamente problema de diseño (que digo yo que cómo no se han dado cuenta antes de ponerlos, pero bueno)

A partir de aquí, se mezcle el problema de diseño con la falta de civismo de la gente.


Los contenedores se abren aplicando una fuerza hacia arriba con el brazo en donde el deltoides tiene que hacer un esfuerzo relativamente flojo. El incivismo de la gente radica en que dejan la basura fuera directamente para ahorrarse el "gran esfuerzo para abrir la tapa" y el fallo de diseño está en no haberlo previsto y haber colocado un sistema de apertura más fácil.

Los contenedores están a una altura del suelo tal, que una persona de altura media tiene que doblar la bisagra entre veinte y treinta grados. El incivismo de la gente radica en que dejan la basura fuera para ahorrarse el "tremendo esfuerzo de doblar la lomera" y el fallo de diseño está en no haberlo previsto y hacer los contenedores más altos.

Mezclen ustedes los tres razonamientos anteriores y llegarán al porqué del principio.



Moraleja: Visto lo visto, y contando con que todavía nos quedan muchos años de educación, Mariscal, macho, la próxima vez prueba los inventos tuyos en tu pueblo.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Inventos y patentes


Hace un tiempo me dio por intentar inventar algo y patentarlo, ya sabéis, algo como el post-it o el clip, una gilipollez de esas que luego es super útil y te dan un montón de pasta si las patentas. Sólamente había que pensar en cosas cotidianas que se pudieran mejorar, algo que diariamente te estaba dando el coñazo y pensaras: "¿Cómo haría yo para mejorar esto?"
He aquí unas cuantas ideas que nunca llegaron a ver la luz:

- El vaso-cubata.

Es sabido por toda la generación del alcohol, que para tomarse un cubata en esos vasos de tubo, había que dar unos cuantos sorbitos al principio, para que cupiera todo el refresco, puesto que no cabía todo (licor, refresco y hielo) en el vaso (en España). Era lo que yo llamaba los "tragos de la muerte" puesto que en esos tragos, el porcentaje de alcohol era mucho más elevado. Pues bien, esos tragos de la muerte no gustaban a todo el mundo, con lo cual se me ocurrió el vaso-cubata.
Era simplemente un vaso más ancho/largo que los normales al que se le añadiría unas marcas para saber hasta dónde había que echar el licor y el logotipo de la marca registrada "vaso-cubata". La idea es que ese tipo de vaso calara en la gente y desplazara al antiguo. ¡Menuda gilipollez! Ahora hay unos vasos más anchos, o copas grandes en los que cabe todo. Yo sigo prefiriendo el vaso de tubo de toda la vida. Soy un nostálgico.
Aquí está. El de toda la puta vida. larguirucho y de vidrio, como tiene que ser

- Las luces indicadoras de potencia de frenada.

Un día, yendo por la N-II camino del curro, al coche que iba delante de mi se le encendieron las luces de freno. Yo supuse que el coche estaba reduciendo velocidad moderadamente, puesto que no había nada en el exterior que indicara lo contrario, pero el caso es que el coche se me vino encima a una velocidad bastante grande. Cuando me quise dar cuenta que el muy cabrón había clavado el pie en el pedal del freno, era demasiado tarde y me lo comí. Como no llevaba el cinturón puesto, metí la cabeza en el parabrisas y me lo cargué (cierto, lo juro). Desde ese día siempre me pongo el cinturón. La idea me vino justo después de quitarme los cristales que se me incrustaron en la cabeza. (Y juro que no me quedaron secuelaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas)
Un indicador de potencia de frenada luminoso, que midiera la fuerza con la que pisaras el freno, y así pudieras ganar esa décima de segundo que hace falta para que no te la pegues.
Desgraciadamente, esa idea la vi publicada en una revista de coches poco tiempo después. Se conoce que no fui el único se se comió un coche. También inexplicablemente, esta idea no se ha hecho realidad (de forma masiva). A mi me parece bastante útil.
Imagen generada por ordenador recreando las lucecicas en cuestión

- La escobilla de baño automática.

De aquella corría el año 2002 y un compañero me comentó: "Macho, estando ya en el siglo 21, con todos los avances que hay y toda la tecnología, ¿Tú te crees que todavía hay que doblar el lomo para limpiar el váter con una puta escobilla? Entonces fue cuando se nos ocurrió la escobilla de baño automatica. Después de dar vueltas al tema, ideamos un sistema mecánico que, a traves de unos engranages, al apretar el botón del agua de la cisterna, también bajara a la vez una escobilla circular que recorría el contorno del váter e iba disminuyendo de diámetro gracias a unos muelles. La verdad es que estaba medianamente bien ideado, hasta teníamos hechas las fórmulas físicas para calcular cuánto debían de medir los engranages para que el sistema funcionara. Fuí a informarme del sistema de patentes y la verdad es que no fue muy alentador. Entre eso y que los japoneses también tenían unos sistemas de limpieza de váter (y de culo) atómicos-cósmicos, se nos fueron un poco las ganas.
Todavía sigo pensando en que no era mala idea.
Aquí está el japo Aki Kagoyo mostrándonos el váter del futuro. ¡Aaah! ¡Qué gustico! Termino ya, que me han entrado ganas

Un día de estos volveré a espachurrarme el cerebro, aunque ya sabes, querida abuelita que las mejores ideas son las que no se buscan.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Mazinger Z



Manzinger Z, sí señor. El puto amo. Recuerdo cuando era cani y flipaba con la intro y la canción. Se me volvían los ojos pa`trás cuando la piscina de la base de investigaciones fotoatómicas se abría por la mitad, resbalaba el agua a dos cascadas y del centro de ella salía él. Luego Koji Kabuto, pilotando el planeador, descendía sobre la cabeza de Mazinger hasta que se producía el ensamblaje. Los ojos de Mazinger brillaban y entonces los malosos de turno se jiñaban.


Desgraciadamente, ahora de viejo, ya no me parece tan alucinante. Los dibujos me parecen, pues eso, de hace un taco de años, y el argumento, pues eso, para canis.
Pero prefiero quedarme con mis recuerdos antiguos.


Aquí en España, sólo se emitieron originalmente unos cuantos capítulos (creo que cuarenta y algo) de los noventa y algo que tenía la serie, además de que después tuvo secuelas, a saber: Gran Mazinger, como Mazinguer, pero más mejor y Mazinkaiser, como Gran Mazinger, pero más ultramejor, o sea, la polla con cebolla, atómico-cósmico, la reostia en prosa. Aquí la comparativa:

Mazinger, Gran Mazinger y Mazinkaiser, por alturas, como en la mili


Toda película o serie que se precie, tiene que tener secundarios, y depende de la importancia y los perfiles que tengan estos secundarios, de lo bien implementados que estén en la historia, así será la calidad de dicha pelicula o serie.
Los Malos (todos ellos con problemas graves de salud):

Doctor infierno: Ese color de cara y esos ojos... no sé. Entre asfixia y hepatitis. El Jeje de los malos, muy malo él



Barón Ashler: Grave trastorno de personalidad. Le hacía a pelo y a pluma. Subalterno principal del Doctor Infierno. Siempre salía escaldado...¿O escaldada?







Conde Broken: Tortícolis galopante con indigestión de rimmel. Vino a mediados de seria con afán de quitarle el puesto al Barón Ashler. Pero la cosa no cambió nada, Mazinger les seguía dando para el pelo.







Brutos mecanicos: (¿Brutos mecanicos?) Lo mejor de la serie junto a Mazinger


Los "amigos" de Mazinger


Koji Kabuto, el teror de las nenas en el instituto



Sayaka Yumi: Piloto de Afrodita A y amante en sus sueños de Koji. ¿Soy solo yo, o está como un tren? (en la serie original no disponía de tanto canalillo)



El "Jefe": Rival en plan amistoso de Koji y piloto de Boss Borot



Shiro Kabuto: Hermano de Koji y protagonista de las comedietas de final de capítulo



Doctor Yumi: Padre de Sayaca y Jefe del Centro de Investigaciones Fotoatómicas


Había otros tantos personajes secundarios como los amigos de Jefe (el del moco colgando no tiene precio) y los ayudantes del Doctor Yumi (los que se pegaban una panzá para arreglar a Mazinger después de cada batalla, siempre currando a contrareloj)


Los Robots que "ayudaban" a Mazinger



Afrodita A. Nominada para el premio de robot inútil del año 1979. Lo mejor: Disparaba misiles ¡Y eran sus tetas! Lo peor: Las tetas nunca hacían daño a los Brutos Mecánicos



Boss Borot: Ganador del premio al robor inutil del año 1979. Lo mejor: Se pilotaba con ¡Un volante! Lo peor: Todo lo demás



Sólo para los que son todavía más frikis, porque esto que voy a contar hay que buscarlo aposta y además está en japonés subtitulado al español.



(contiene spoilers)
Como ya dije antes, después de Mazinger Z, vino Gran Mazinger. O sea, en el último capitulo de Mazinger Z, los brutos mecánicos del Doctor Infierno, le están dando pal pelo a Mazinger, vamos, le hacen polvo a pesar de su super aleación Z, pero justo antes de que Mazinger sea destruido por completo, aparece Gran Mazinger, pilotado por un tal Tetsuya y se carga a los brutos mecánicos.


A partir de ahí, viene la serie de Gran Mazinger, que no he visto mucho porque Tetsuya no me llama, a mi me molaba más Koji Kabuto con sus patillas (sin mariconadas).


Mazinkaiser empieza con el último capitulo de Gran Mazinger, en el que Mazinger (en piloto automatico) y Gran Mazinger (pilotado por Tetsuya) están siendo arrasados por los brutos mecánicos (otra vez). En eso que aparece otra vez... Quien? No lo adivinais? Pues quien va a ser: Koji Kabuto que pasaba por alli y le es revelado por el doctor Yumi el terrible secreto de Mazinkaiser, un Super-mega-ultrarobot que tenian guardado pero que les daba miedo sacarlo porque era demasiado poderoso. El caso es que sale Mazinkaiser y de un plumazo se carga a los brutos mecanicos y jubila a Mazinger Z, a Gran Mazinger y al capullo de Tetsuya.



La serie es mucho más moderna, con dibujos actuales tirando a manga y un poco más "adulta". Incluso en un capitulo, Sayaka enseña las tetas a unos guardias de doctor Infierno para distraerles, por no hablar de las dos secretarias que tiene el doctor Yumi, canelita en rama.
No está mal, lo único que Mazinkaiser es tan "la polla limonera" que sus enemigos nunca tienen nada que hacer, y eso seguro que desmoraliza.


Mazinkaiser en concierto con cocacola



Gran spoiler: al final ganan los buenos y pierden los malos.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Fitness Center

Hace tiempo que salió la moda del culto al cuerpo. Ya se sabe, la vida ha sido y será una constante guerra entre los individuos de las diferentes especies para conseguir el mejor puesto y bla, bla, bla, lo que se resume en que estando más bueno/a que el/la de al lado, follaré más. Y con todo eso, ahora están más de moda que nunca los gimnasios.

Bueno, que ahora ya no se llaman así, ahora se llaman centros deportivos, porque, además de temer la sala de pesas y máquinas de toda la vida, tienen sauna, sala de spinnig, aerobic, jazz, stepping, sauna, tienda, cafetería,... todo en un ambiente cool y chic.

La fauna que puebla estos centros deportivos es variada y voy a dar una leve pincelada de cada tipologia de inquilino de gimnasio:

- El megacachas: El el que más hipertrofia muscular tiene de todo el gimnasio, el alumno más aventajado, el favorito del monitor y el que representa al gimnasio en las competiciones. Va ataviado con una camiseta rota por cuello y mangas y unas mallas.


Chuache siempre será chuache


- El monitor: No suele estar tan cachas como el megacachas, pero también está cachas. es el que te aconseja en hacer los ejercicios correctamente y el que te aconseja en llevar una vida sana y natural. Sospecha que el megacachas se come los esteroides a cucharadas soperas pero no lo reconoce.

¡Uaaauh! ¿Ponte en forma con David Meca? ¡Me apunto sin dilación!


- El palillo: El la antítesis del megacachas. El más flojito del gimnasio. Va a lo suyo y le da igual todo lo demás. Suele ir con un chandal de pierna larga y una camiseta cinco tallas más grande.





Ya, ya. Prueba a echarle un pulso y verás

- La tía buena: Siempre hay tias buenas en los gimnasios, pero hay una que es la super tiabuena. Lo sabe y por eso castiga a los presentes poniendose unas mallas tipo "El muro infernal" pero más apretadas si cabe.





Cory Everson. Musa del fitness y buenorra del copón

- El mevoyaponerfuerteendospatás: Es el típico que coge diez veces el peso que con el que puede y ves que se va a romper por la mitad. Normalmente no dura mucho en el gimnasio y después ya no vuelve, quizá por que se ha lesionado. Suele ir en pareja con otro de su especie.



Además de los discos intervertebrales aplanados, las cervicales fisuradas y los meniscos triturados, coxis roto por golpe del culo en el suelo y carrillos reventados por presión de aire elevada.

viernes, 20 de noviembre de 2009

El Hijo Puta

Bueno, aquí voy a reseñar un relato que me ha llegado al correo y que, por su buena aceptación por mi persona, voy a exponer.

Se trata, según me dicen el el correo, de un premio de novela corta en el año 2005 y que su autor se llama Pedro. (Lo siento, pero no sé más de él. Si por algún azar del destino, alineación de planetas o algo similar, el autor del relato leyera este blog y le molestase, que me lo diga)

A fín de cuentas, el relato me pareció genial, y sobre todo casi me muero de la risa con el, que se supone que es lo que busca.

Su título es: "El hijo puta"


Estaba sentado el otro día delante de mi ordenador cuando me acordé que
tenía que llamar por teléfono a un compañero.
Descolgué el auricular y marqué el número de memoria.
Me contestó un tipo con muy mal humor diciendo:
'¿Qué quiere?'.
'Soy Ignacio Martínez, ¿podría hablar con Roberto Espárrago?' dije
amablemente.
'Te has equivocado, gilipollas', me respondió y acto seguido colgó.

No daba crédito a lo que me estaba ocurriendo. Cogí mi agenda para buscar el
número de mi compañero y comprobé que, efectivamente, me había equivocado.
Pero como aún recordaba el número 'erróneo' que había marcado anteriormente,
decidí volver a llamar a aquel tipo y cuando me cogió el teléfono no esperé
a que contestase y le dije: 'Eres un hijoputa', y colgué rápidamente.
Inmediatamente apunte aquel número en mi agenda junto a la palabra
'hijoputa'.

Cada dos o tres semanas, cada vez que estaba cabreado porque me llegaba una
letra inesperada, o un aviso de multa, o discutía con mi mujer, o alguna
situación por el estilo volvía a llamarlo y sin dejarle contestar le decía:
'Eres un hijoputa'.
Esto me servía de algún modo como terapia y me hacía sentirme mucho más
relajado.

Unos meses después, la maldita Telefónica introdujo el servicio de
identificación de llamadas, lo cual me deprimió un poco porque tuve que
dejar de llamar al 'hijoputa'.
Pero de repente, un día se me ocurrió una idea: Marqué su número de teléfono
y cuando escuché su voz le dije: 'Hola, le llamo del departamento de ventas
de Telefónica para ver si conoce nuestro servicio de identificación de
llamadas'.
'No' me dijo el tío grosero, y me colgó el teléfono.
Rápidamente lo volví a llamar y le dije: 'Eres un hijoputa'.

Un mes después, estaba yo esperando con mi coche a que una anciana saliera
de la plaza de aparcamiento del Hipercor. Esta lo hacía muy lentamente y
cuando terminó la maniobra y me disponía yo a ocupar la plaza libre,
apareció un Golf GTI negro a toda velocidad y se metió en el hueco que iba
yo a ocupar. Comencé a tocar el claxon y a gritar:
'¡Eh, oiga!, ¡que estaba yo esperando!, ¡no puede hacer eso!'.
El tipo del Golf se bajo, cerró el coche y se fue hacia el centro comercial
ignorándome como si no me hubiera oído. Yo me quedé completamente frustrado
y pensé: 'Este tío es un hijoputa. El mundo está lleno de ellos'..
Justo en ese momento vi un letrero de 'SE VENDE' en el cristal de atrás del
Golf. Lógicamente anoté el número y me fui a buscar otra plaza de
aparcamiento.

A los dos o tres días, vi en mi agenda el número del 'hijoputa' y me acordé
que había anotado el número del tipo del Golf. Inmediatamente le llamé y le
dije:
- 'Buenos días. ¿Es usted el dueño del Golf GTI negro que se vende?'
- 'Sí, yo mismo'
- '¿Podría decirme dónde puedo ver el coche?'
- 'Sí, por supuesto. Yo vivo en la calle de Don Ramón de la Cruz esquina con
Montesa, es un bloque amarillo y el coche está aparcado justo enfrente de la
casa'
- '¿Cómo se llama usted?'
- 'Enrique Juárez'
- '¿Que hora sería la mejor para encontrarme con usted y discutir los
detalles de la operación, Enrique?'.
- 'Pues yo suelo estar en casa por las noches'.
- '¿Puedo decirle algo, Enrique?'
- 'Si, claro'
- 'Enrique, eres un hijoputa de la hostia', y colgué el teléfono.

Inmediatamente después de colgar anoté el número en mi agenda al lado del
otro, pero en este puse el nombre de 'hijoputa II'.
Ahora tenía dos 'hijoputas' para llamar y así estuve durante dos o tres
meses, llamando ahora a uno, ahora a otro; hasta que comenzaba a aburrirme
un poco.

Me puse a pensar en serio sobre cómo resolver este problemilla y al cabo de
un par de whiskys se me ocurrió algo. Primero llamé al 'hijoputa I':
- 'Dígame'
- 'Hola hijoputa' - pero esta vez no colgué.
- '¿Estas ahí todavía, verdad, cabrón?'
- 'Si, hijoputa'.
- 'Deja ya de llamarme o....'
- 'Noooooo'.
- 'Si supiera quién eres te rompía la boca', me dijo.
- 'Me llamo Enrique Juárez y si tienes cojones vienes a buscarme. Vivo en la
calle Don Ramón de la Cruz esquina Montesa, en un bloque amarillo, justo en
la puerta donde hay aparcado un Golf GTI negro, so hijoputa'
- '¡¡¡Ahora mismo voy para allá!!! Tu sí que eres un hijoputa y ya puedes ir
rezando todo lo que sepas. Te voy a matar a hostias'
- '¿Sí?. ¡Que miedo me das, hijoputa!' y colgué el teléfono..

Inmediatamente llame al hijoputa II:
- 'Dígame'
- 'Hola hijoputa' y no colgué.
- 'Como te pille algún día...'
- '¿Que me vas a hacer, hijoputa?'
- 'Te voy a patear las tripas, pedazo de cabrón'
- '¿Sí?, pues a ver si es verdad, hijoputa. Ahora mismo voy hacia tu casa' y
colgué.

Por último, cogí el teléfono y llame a la policía. Les dije que estaba en la
calle Don Ramón de la Cruz esquina con Montesa y que iba a matar a mi novio
homosexual en cuanto llegara a casa.
Luego hice otra llamada rápida a 'Madrid directo' y les dije que iba a haber
una pelea de pandillas en la calle Don Ramón de la Cruz esquina Montesa.
Y entonces me monté en mi coche y me fui para allá a toda leche. Te juro que
es una experiencia que nunca olvidaré. La mayor pelea que he visto en mi
vida. Hasta los cámaras de Telemadrid se llevaron lo suyo.

En fin, después de esto espero que cuando te llame por teléfono me contestes
en tono amable.
Ya sabes, no es bueno que yo me irrite.


Como dije, muy bueno para reirse un rato largo.

Besitos para ellas, abrazos para ellos.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

BIC

Tantos dias sentado en mi escritorio y no me había dado cuenta hasta ahora de lo mucho que añora a los bolis BIC. Será porque la empresa facilita a sus empleados bolis de otra marca que son una mierda. Bueno, a lo mejor no son una mierda, pero es que yo me crié con los BIC y ahora me he dado cuenta que todo lo demás no me gusta. (Me pasa lo mismo con la cerveza, donde esté una mahou, que se quiten las demás)

Añoro su tacto, sus seis caras bien diferenciadas en las que, cuidadosamente con un compás o con la punta fina de unas tijeras, rayaba las declinaciones de latín.

Te dejaba un hoyuelo característico en el apoyo del dedo corazón cuando llevabas un tiempo considerable tomando apuntes. Ese hoyuelo no es igual con otros bolis. (Tampoco tomo apuntes como antes, ahora más bien le doy a la tecla) Pero de todas formas, no es igual.

Añoro ver cómo se acumulaban los rojos y los verdes, porque se utilizaban poco y sobre todo, sobre todo añoro su capuchón.Ese capuchón que se chupaba (esta capucha que lleva el boli este de otra marca no hay quien la chupe), se mordía, te sacabas la cerilla de los oídos... y se capaba. ¡Vaya si se capaba! Me acuerdo que era un monstruo del capamiento de capuchas de boli. Cuando tenías un boli con la capucha capada, ya no era lo mismo, perdía su encanto, sin embargo, si todavía conservaba su apéndice, era la repanocha, ¡Una capucha entera! Y la guardabas con celo de todos aquellos ávidos de capártela.

Después renovaron la capucha del boli haciéndole un agujero en la punta (supongo que para que la punta del boli no se secara) y perdió algo de encanto a mi parecer.

Luego estaba el BIC naranja, que tenía la punta fina y escribía más elegante. Por ello, lo utilizaba la gente más elegante. Pero el boli todoterreno siempre fue el cristal. La mejor relación calidad-precio de un boli en la historia.
Indagando un poco, he descubierto que ahora sacan unas ediciones limitadas y numeradas en acero, plata y oro. ¡Toma ya! Nivelazo.


Bolis BIC de oro, plata y acero

Más tarde, la marca BIC se metió en otros berenjenales que le vinieron grandes. ¡Se metió ha hacer maquinillas de afeitar! ¿Que tiene que ver un boli con una maquinilla de afeitar? Pues eso. Con los bolis, por un módico precio tenías un boli bastante aceptable, pero con las maquinillas, por un módico precio tenías una maquinilla arrancapieles. Vamos que si no querías acabar lleno de trocitos de papel higiénico pegados a la cara, mejor no te afeitaras con las maquinillas BIC.

¿Alguien quiere una exfoliación de cara a lo bestia?


Y últimamente, BIC se ha aliado con Orange para sacar un teléfono móvil deshechable. Muy chulo y con un futuro incierto. Veremos que tal.


También indagando por ahí, he descubierto cosas que se pueden hacer con los bolígrafos BIC. Cosas como estas:








E incluso hay un artista, Juan Francisco Casas, que hace unos dibujos hiper-realistas a boli, a bolígrafo BIC. Son toda una pasada, alucinantes. He aquí una pequeña muestra:

En fín abuelita, te dejo que se me van a hacer hoyuelos, esta vez, en la yema de los dedos.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Ordenadores

El otro día, intentando hacer no se qué en el ordenata, me salió un mensaje en todo el centro de la pantalla "error en 234768670473" más o menos.


Y digo yo, ¿Es que no se han podido inventar algo más fácil? ¿Que no de tantos errores? ¡Joder, izquierda, derecha, palante y patrás! ¡Y ya está! No la puta mierda de HDD memoria RAM (que digo yo que qué tendrá que ver la memoria digital con la leche de vaca), Gigabaits, targeta gráfica de última generación, placas madres y tias-abuelas, Sonido 7.1 prologic dolby surround con efecto 3D, mauss con tecnología laser, devedé con cuádruple capa de alta densidad, blu rays, procesador pemtium Quad 9999 XG 87 ·$%& con cuatro núcleos desoxirribonucléicos y silice tecnologi, monitor pulg and plei con chorrocientos millones de pixeles por nanómetro cuadrado, lector de tarjetas 27 en 1, uesebés, puertos de entrada, marítimos y deportivos y la mega impresora multifunción con escaner, resonancia magnética, fotocopiadora y microondas con grill.






Un ordenador en el forense


¡Claaaaro! ¿Pero cómo cojones queremos que funcione el ordenata sin que nunca pase nada con toda la mierda que lleva dentro? En la vida.

Y además es que te tienes que joder. Cuando hay un error de estos o un problema chungo chungo, el mejor gurú de las computadoras al que quieras acudir te dirá: "reinicia, a ver que pasa" o si no, la típica frase de "formatea y ya está". En definitiva: a tomar por culo. Todos los datos, las fotos, los videos de la comunión de tu sobrino y lo que más rabia me da: las titis en pelotas y el porno, todo a tomar por culo por culpa del dichoso error y de que no haya manera humana en el globo de que eso se arregle de otra manera.






Peeero, querida abuelita, eso no es todo. Todo esto es complicao de güevos, pero es un paraíso comparado con... ¡Las redes!

Desde que entraron las redes en mi vida, esta se complicó aún más. Una vez me tiré 36 horas seguidas intentando configurar el internete via wi-fi, y otras 36 para sincronizar todo ello con la consola de videojuegos. Claro está que no lo conseguí y todo funciona como el culo.






¡Ah! el poder de las ondas


Pero claro, lo que no puedo pretender es que un desactualizado como yo pretenda que funcione la tele, el devedé, el TDT, el canal de cable, la cadena de música, la consola y el ordenata, todo sincronizado, con un mismo mando y que no de problemas. Esa es mi meta. Cuando lo consiga, podré morir feliz.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Sufrimiento animal

Esta mañana sacando a Pepe (mi perro cabrón) sin querer le he pisado en una de sus patas (como tantas veces, eso le pasa por ponerse delante) y él ha reaccionado con un inconfundible ladrido de dolor, lo que me llevó a recordar a mi amigo "el veterinario menguele".
El colega en cuestión era un veterinario que daba clase en un curso que hice de adiestramiento canino y que decía que los animales no sufrían. Que eran tan sumamente "tontos" que segundos después de haber sentido un dolor, se les olvidaba y que no sufrían por ello.
Tuvimos una gran pelea dialéctica porque yo, como muchos de los que estábamos allí, no compartíamos ese modo de vista, pero otros, incomprensiblemente por mi parte, sí.
Parece ser que respecto al tema existe una rama etológica y otra psicológica, y que cada una defiende una posición.

No le hagas sufrir


Mi posición es que el nivel de sufrimiento, inteligencia, comportamiento,... de un animal es directamente proporcional al niuvel que tiene en la pirámide evolutiva. O sea, no quiere decir que el ser humano está por encima del bien y del mal y sea el único que siente, padece, piensa y razona, sino que por su posición en la pirámide y como cumbre de ella, lo hace mucho mejor que los demás.
Un perro, tendrá la inteligencia de un perro. Parece una tontería, pero es así. No se puede comparar con la nuestra, ni con nuestros sufrimientos abstractos, pero tampoco es nula. La tiene. Justo la que tiene que tener.
Según vayamos descendiendo por la pirámide, los comportamientos puramente instintivos irán venciendo a los que puedan ser aprendidos. No tengo la más mínima duda que mi perro es más inteligente que una cucaracha pero menos que yo (aunque haya gente que diga otra cosa)
A lo mejor, mi perro no sufre por la subida del euribor, pero estoy seguro que sí es sensible a la pérdida de alguien "querido" para él, la soledad o el dolor físico.
En fin, que se me va la pinza. Sólo espero que no haya muchos "veterinarios menguele" como el que os cuento y sí de los otros.

lunes, 26 de octubre de 2009

La caida de la hoja (y del pelo)


Con la llegada de la estación otoñal, los árboles de hoja caduca dejan caer al suelo sus hojas para volver a renacer después en la primavera.

A mi, particularmente me gusta el suelo repleto de hojas, no sé, me da sensación de naturaleza. Pero el hombre, como siempre, tiende a modificar su entorno y se inventa máquinas sopladoras y aparatos recoje-hojas para dejar el suelo como el jaspe.

Y digo yo, que muy listo no soy pero algo estudié, que las hojas están ahí aposta. O sea, las ha dejado caer el árbol a sabiendas, para que hagan de abono a su propio ser y vamos nosotros y le jodemos el invento.

¿Sabéis que? Olvidaros del rollo este último. No me gusta que recojan las hojas y punto.

También en otoño, no sé si tendrá algo que ver, también se cae el pelo. El del cabrón de mi perro y desgraciadamente también el mío.

Mi perro lo tiene fácil. Al muy hijo de perra, le vuelve a salir (cagontó) pero mi caso es diferente, a mi no.

¿Es el otoño el causante de todo esto? ¿Llegaré a los 40 con toda mi melena? Posiblemente sí ¿Y a los 50? Ahí ya está al 50%: sí o no.


No me gusta el otoño. He dicho.

lunes, 5 de octubre de 2009

Bolsas

Otra de las polémicas de andar por casa que se han desatado últimamente es el tema de las bolsas de los centros comerciales. En concreto, Carrefour ya no da bolsas de plástico de las de toda la vida, sino que "vende" otra blosas que sos reutilizables con la excusa, pretexto o razón de que están ayudando al medio-ambiente, puesto que (dicen) que las bolsas de plástico contaminan un güebo y tal y tal.

Personalmente creo que lo hacen directamente para ahorrarse una pasta en bolsas que ya no dan y ganarse otra en bolsas que venden y también creo que pueden darse la hostia padre, o sea, que baje el nivel de ventas y que vuelvan a dar bolsas gratis.

El caso es que se me ha ocurrido hacer una clasificación, a grosso modo, de bolsas del mercado, de las que dan al realizar una compra.

Primero exixten las bolsas de firma.


Son esas bolsas de papel fuerte o incluso forradas con un film plástico brillante. Normalmente muy resistentes. Están en lo alto de la pirámide evolutiva de las bolsas.

Luego estarían unas bolsas que son de plástico un poco más grueso de lo normal y que también son resistentes y soportan bien el peso.


Después están las bolsas de plástico que facilitan la mayoría de las grandes superficies. Con publicidad del centro, finas y no muy resistentes.


Y por último y como bolsa más cutre, la bolsa que te dan en una tienda de barrio, de las pequeñas. Bolsa de plástico blanca, fina, pequeña y sin nada escrito.



Como animalito de costumbres que soy, voy acumulando bolsas hasta que no caben más en mi "recipiente para bolsas". Luego las que no reutilizo para otros menesteres, las voy deshechando, no por antiguedad, sino por escrupuloso puesto en la pirámide evolutiva de las bolsas. Primero las blancas sin publicidad, luego las otras,... y así hasta que me da un aire y las tiro todas sólamente para volver a empezar a coleccionarlas.

Con todo esto, seguramente sea cierto que hay demasiadas bolsas de plástico compartiendo su existencia con nosotros.

Pues nada, que hagan bolsas de patata, que son biodegradables y ya está. ¿lo véis? Acabo de arreglar el problema de un plumazo.



¡Ah, no! Que me han dicho que es imposible porque vale un dinero hacerlas.


Pues nada.

viernes, 2 de octubre de 2009

52 kilos

52 kilos es, desde lo que pesa una modelo de 1,80 a lo que se ha llevado un fulano por finiquito.

Cin-cuen-tay-dos-mi-llo-nes-deu-ros. ¡Jo! se te llena la boca al decirlo.

Cuánta razón


El colega en cuestión era el segundo de a bordo del BBVA y eso, le has jubilado y se ha llevado esa pasta gansa.

El caso es que esta noticia ha tenido una acogida variable.

Unos (los más) dicen que es una falta de respeto a la sociedad, que por cierto está en crisis, el que le paguen a un tío tal cantidad de pastizábal por la prejubilación.

Otros dicen que el tío era una máquina de hacer dinero y que se lo merece, además, que el BBVA es una empresa privada y que paga a sus empleados lo que le viene en gana (respetando la ley, se entiende).

¿y yo que digo? Pues está muy claro:


¡ENVIDIAAAAAAAA!


Entre todos los millones de envidiosos, contadme a mí.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Cómo flipar en colorines varios con las "n" dimensiones

Pues eso. Que en uno de esos ratos tontos que tenía sentado en una fuente hace años, con mi amigo el matemático, me explicó la (redoble de tambores) "Teoría de las n dimensiones".


Bueno, ahi va:


El colega decía que existían, de verdad y no sólo matemáticamente hablando, infinitas dimensiones, justo aquí, donde estamos nosotros, coexistiendo en el espacio y en el tiempo.


Cubo en 4 dimensiones o hipercubo. Ya. Y mi culo un futbolín

¿Y cuál era su "prueba"? Pues el tío decía que existir n dimensiones existían, el problema era que nosotros, al ser seres de tres dimensiones, no podíamos ver ni comprender un espacio en más dimensiones que de las que estábamos hechos, o sea, "Todo ser de n dimensiones podrá ver y comprender el espacio en el entorno [1,n] sin ser capaz de ver o comprender el espacio en valores superiores a n".

¡Toma del frasco, Carrasco! ¡Eh!, y el colega lo decía en plan serio, sin inmutarse. Yo al principio, y como es mi forma de ser natural que a algunos sé que puede molestar, diréctamente me cachondeé de él, me reí en su cara, le dije que tenía una pedrada en la cabeza mal curada, pero se enojó ligeramente conmigo y fue entonces cuando le dije: -Vale, lo que tú digas. A ver, explícamelo.

Y ahí va la explicación que me dió:

Imaginemos a un ser de dos dimensiones, que solo vive en largo y ancho, pero que no tiene altura. Para ayudarnos a imaginarlo, imaginémos que ese ser está pintado en un papel, aunque no sea exactamente lo mismo. Pues bien, ese ser bidimensional, vive en dos dimensiones, ve, siente y comprende ese universo en el que vive. Ahora bien. Pongamos un objeto tridimensional en su mundo, para ayudarnos, imaginemos que ponemos una manzana sobre el papel. ¿Que vería el ser bidimensional de la manzana?

¿Nada?

¿solo la planta de la manzana, lo que "apoyaría en el papel"?

Bueno, la verdad es que con esta exposición se plantean muchas dudas y muchas veces se come una la cabeza con estas cosas pero ...

¿Realmente a alguien le importa esta gilipollez? No, vamos, me refiero a que el tema es de rizar el rizo rizado y de todas maneras, como no nos vayamos a ir a preguntar al aplanado ese que vive en un papel, que por cierto, se ahorraría frases como "mi niño me ha crecido mucho últimamente", "¿Jugamos al basket?" o "mira que techos tan altos".


*Nota mental: Tengo que dejar el colacao turbo.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Mejillones

Los mejillones, o mytildae, que es como se llaman técnicamente, son moluscos bivalvos que se alimentan por filtrado de plancton. Tienen una concha doble que proteje de los depredadores (normalmente estrellas de mar y gasterópodos).

Si miráis en la enciclopedia, (como he hecho yo porque si no a ver de qué voy a saber todo esto del principio) descubriréis plétoras de cosas más sobre estos animales pero... no viene su vida social.


Y es que yo me pregunto... ¿Que coño hacen los mejillones ahí agrupados, hacinados como si fueran subsaharianos en un cayuco? Hombre, un ratito de ambiente no está mal, se conoce a otros mejillones y mejillonas (me lo ha pegado Bibiana Aido, lo siento) y a lo mejor se pilla cacho, o concha, o lo que sea, perooo... ¿Toda la puta vida asi? ¿Pegados a la roca sin más? ¡Pero que botellón más largo! De primeras cogieron el pedo de su vida y ya se quedaron alli.


Imagínen al mejillón Isidro (oye, no tengo ni idea de cómo se llaman los mejillones entre ellos, así que le he puesto el primer nombre que se me ha venido a la cabeza) ahí, en el botellón. Pegado a la roca mientras las olas golpean suavemente sus conchas y ve, a cuarente mejillones de distancia, a Felipita, una mejillona con unas conchas de un negro... distinto, especial. Se enemora inmediatamente de ella y se decide a saltar, a abandonar el seguro apoyo que le ofrecía la roca y se lanza hacia la dirección de Felipita. Isidro, a merced de las olas y las corrientes, con un gran dominio de sus concha bivalva cual timones se tratasen, al fin logra situarse frente a Felipita. Cayó junto a ella, vibró un poco para hacerse hueco y armándose de valor dijo:

- Felipita, llevo observandote tres años, y por fin me he atrevido a dirigirte la palabra (traducido del mejillonés)

- Yo es que... no sé, te pareces a los demás mejillones. Yo diría que igual.

- Felipita, no te hagas la estrecha. ábrete de conchas y enséñame el mejillón que tienes entre ellas.

- ¡Uy! ¡Qué cosas dices, me estoy ruborizando y me quedaré como un mejillón colorao!

Y de pronto, cuando la historia de sexo-amor entre Isidro y Felipita iba a consumarse... ¡Zas!

A tomar por culo. Isidro, Felipita y todo el cayuco, a la saca, a la lata, escabechados y a mi mesa con unas patatitas fritas y una cervecita.



viernes, 11 de septiembre de 2009

El ciclo de la ropa


Según vas cumpliendo años y depende de la situación en la que uno se encuentre, se van descubriendo cosas. Cosas que antes desconocías por completo pero que existían.



Una de esas cosas es el ciclo de la ropa.


El moi, cuando vivía en casa de mis padres, no tenía no idea del ciclo de la ropa, tenía una ligerísima idea de que lo había pero no tenía un conocimiento real. Yo lo que realmente veía es que dejaba la ropa tirada por ahí, y en unos días aparecía boblada y colocada en su correspondiente cajón. (Ya, ya sé que me tacharéis de maldito machista que explota a su madre. Ella siempre intentaba que esto no ocurriera, que me hiciera la cama, que lavara los platos, recoger la mesa... y muchas veces lo conseguía, pero otras veces no, y ya sabéis: una madre es una madre y como hijos egoístas que somos, la explotamos sin cuartel)



Todo cambió cuando me emancipé y mi madre dejó de realizar, entre otras cosas, el ciclo de la ropa.



Trankis, amiguetes. Ahora hay lavadoras hasta de tropecientos kilos.


Pues bien, atentos todos al temita. La ropa, cuando está sucia (aquí hay que diferenciar entre hombres y mujeres. Para las mujeres la ropa está limpia o sucia y para los hombres la ropa pasa por muchos estados antes de estar completamente sucia) se separa por colores, ropa clara, ropa oscura, ropa roja..., se lava, después hay que tenderla para que se seque, luego, cuando esté seca, hay que quitarla del tendedero, y finalmente hay que doblarla y guardarla.



Y reza para que no llueva mientras tienes la ropa tendida


He dicho atentos al temita porque tiene güevos la cosa, todas los pasos que hay que seguir para que la ropa quede más o menos como estaba cuando la cogistes. Son un montón de pasos, un montón de curro que antes no sabía que existiera.




Ahora hay muchas facilidades para dejar la ropa bien dobladita. Tooooma aparatejo!


Y todavía hay otro paso más. Es un paso que va entre el secado y el doblado y que lo he obviado porque lo suelo hacer en las mínimas ocasiones posibles, sólo cuando es estrictamente indispensable. Sí, lo habéis adivinado. Es el maldito planchado.

¿Veis el montón de ropa que tiene detrás? Yo lo tengo más grande


Para mí, este paso es el más costoso y difícil (aunque poco a poco me voy volviendo más hábil). Por eso lo minimizo, solo plancho cuando la ropa está muy arrugada y es una prenda que se vea. Alucino cuando oigo a alguien que dice que plancha los trapos de la cocina, los gayumbos, las toallas, las sábanas,... en fín, mucho tiempo libre.

Para terminar, recordaré a aquellos afortunados/as que no realizen este tipo de tareas (obviamente por que hay alguien que lo hace por ellos/as) que tengan en cuenta todo el curro que lleva este ciclo y que, por lo menos, no den más trabajo del necesario.