Antes de nada, he estado ausente a causa del curro. Vamos, que además de ir al trabajo, he estado trabajando, a pesar de currar para el estado (Fiebre, cómo me has cazado) y a causa de ello, he tenido que aparcar el tema del blog unos días. Pero ya estoy de vuelte con más historias y devaneos.
Viendo a los chavales de ahora, con sus consolas y videojuegos (yo también tengo ¿eh?), se me antoja recordar a qué jugaba yo de najo.
Las actividades que practicábamos eran muy distintas a las de ahora. Los tiempos cambian. Y mucho.
He dividido los juegos en tres grupos. A saber:
-Juegos en los que no necesitabas nada. Solo tú, tu cuerpo y a otros como tú.
-Juegos en los que se necesita algún objeto.
-Juegos de equipo.
Los pertenecientes al primer grupo eran juegos muy socorridos por la sencillez que requerían para jugar. Algunos eran:
. El escondite: Bueno, ya sabéis. Uno pringaba, contaba hasta... ¿50? ¿100? Y después buscaba a todos los demás hasta encontrarlos. De este juego había varias versiones como el bote, la liebre,... pero todas atendían a la premisa principal de esconderse.
. El rescate: Muy sencillo. El juego consistía en correr como un cabrón. Ni más ni menos. Se hacían dos grupos más o menos iguales, unos eran los perseguidores y otros los perseguidos y despues... ¡A correr unos detrás de otros como si no fuera a amanecer nunca más! (hay que decir que esta clase de juegos fomentaba el ejercicio) Los que eran cogidos se llevaban a un sitio apartado y se iba haciendo una cadena humana. Un extra del juego era que si uno de los integrantes del equipo perseguido tocaba esa cadena humana, automáticamente toda la cadena estaba "salvada" y podían todos los que la formaban volver a correr como si les persiguiera el Diablo. Era por ello que siempre un perteneciente a los perseguidores se quedaba cuidando esa cadena para que ningún perseguido se acercara, o por lo menos lo tuviera más difícil.
. Churro, media manga o manga entera: También dos equipos. Uno se ponía en una cadena, agachados, con la cabeza metida entre las piernas del compañero de delante, formando una superficie de espaldas listas para que el otro equipo saltara sobre ellas. Más o menos el juego consistía en, por un lado el equipo que saltaba tenía que intentar que la cadena de espaldas se rompiera por algún sitio y por otra, el equipo que hacía de "burros" tenía que aguantar todo el peso hasta que acabaran de saltar todos. La cruedad de los niños hacía aquí su aparición y no dudábamos en saltar más alto y más duro sobre el más débil. Todo valía con tal de conseguir la victoria, y no se hacían prisioneros.
. El pingüino: Otro juego de patio de recreo bastante cruel. Dudo que la sociedad de ahora lo permitiese, pero hace veinticinco años era de lo más normal.
El juego consistía en hacer un círculo sobre la tierra de unos 4 ó 5 metros de diámetro, alrededor del cual se situaban los jugadores. En el centro del círculo se situaba un especimen de rodillas, alias "el pingúino" y a su lado otro, de pie, alias "el que cuida al pingüino". La misión de los jugadores era penetrar en el interior del circulo, donde serían vulnerables para dar de collejas al pingüino sin que el cuidador les tocara, la del cuidador era el de intentar tocar a algún jugador dentro del círculo y la del pingüino, aguantar la somanta de hostias que le caían. La gracia también estaba en la alternancia en las posiciones que se producía cuando el cuidador tocaba a alguien dentro del círculo. El tocado pasaba a ser pingüino, el pingüino a cuidador y el cuidador a jugador del extraradio. Así todo fluía naturalmente dejando a las malvadas mentes de los niños funcionar.
. Mosca: Otro juego de hostiejas. Cinco minutos antes de que viniera el "profe" o la "seño" los chavales nos poníamos en dos filas haciendo un pasillo al lado de la puerta de entrada a clase, esperando a todo aquel, pobre diablo, que hubiera salido por despiste o al servicio... Al entrar a clase, tenía sendas filas de gente con la mano levantada ávidos de estrellarla contra su cabeza por su zona occipital. En fin... No way out.
Había muchos más. El veo, veo, Tris tras, la zapatilla por detrás, ...también depende de la localización geográfica (estos que digo son de la zona centro), pero la entrada se haría muy larga y la gente se me aburre. Mañana hablaremos de otro grupo de juegos.